Margen
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Son húngaros y cada una de sus producciones es aguardada con verdadero interés por parte de los aficionados. Quizás sea por lo poco que se prodigan discográficamente, pero también, sin ninguna duda, por la calidad contrastada de su escasa (tres álbumes más su aportación al CD doble Live Progfest 95) pero imprescindible discografía. Solaris practican un rock progresivo tan inventivo y vital como accesible para grandes audiencias.
The Martian Chronicles, Solaris 1990 y ahora Nostradamus, The Book of Prophecies, conforman un trilogía musical de ritmos vivos y melodías perfectas. Música abierta a todo tipo de influencias, desde sutiles referencias al rock espacial, a contactos con la electrónica, ecos medievales, tratamientos polifónicos de las partes vocales (en el caso de Nostradamus)... En fin, una atrayente colección de sonidos perfectamente imbricados en un contexto original y contemporáneo.
Margen: ¿Cómo llegáis a la música?
Erdész Róbert: Desde diferentes áreas de la vida. Somos doctores, ingenieros, profesores... El rock progresivo (Pink Floyd, Yes, Focus, Genesis, Mike Oldfield, etc.) era nuestra única experiencia común.
M: ¿Por qué os prodigáis tan poco discográficamente?
E.R.: Es una larga historia. La banda se formó en 1980. Nuestro primer single salió el mismo año y tuvo buena acogida. El interés por el rock progresivo era muy fuerte por esa época en Hungría (recuerdo, por ejemplo, el concierto de los polacos SBB que fue presenciado por veinte mil personas, o los conciertos de Omega que eran seguidos por cientos de miles de personas), pero los ejecutivos discográficos de Hungría eran demasiado viejos para el rock progresivo, así que sólo interesaba el pop y la música disco. Debido a esto, la televisión y las compañías discográficas no dedicaron ninguna atención al rock progresivo. Fue una buena época para el mercado negro. Muchos de los hombres de negocios actuales amasaron sus fortunas durante estos años gracias a este estilo musical.
M: ¿Entonces cómo se explica la edición de The Martian Chronicles y su fulgurante éxito?
E.R.: La edición de Martian Chronicles fue un accidente, porque no estaba bien visto un grupo de rock progresivo instrumental, y aunque vendimos 38.000 copias sin ni siquiera promoción no pareció ser suficiente para grabar un segundo disco, así que en 1986 nos separamos. ¡Pero no para siempre! Teníamos un plan: crear una nueva banda, popular, con una cantante y... la llamamos Napoleon Boulevard. Este grupo podía vender un millón de copias en cuatro años. Después de este gran éxito nos firmaron un contrato al que nosotros pusimos la condición de reeditar los viejos discos de Solaris -¡los mismos que no habían querido publicar en 1986!-. Y nuestro plan dio resultado y se editó "SOLARIS 1990", el álbum doble que conmemoraba el décimo aniversario de la banda en 1990. Ese mismo año una compañía japonesa, 'King Records', compró los derechos de The Martian Chronicles.
M: ¿Puedes darme más detalles acerca de Napoleon Boulevard? ¿Es un proyecto pararelo a Solaris?
E.R.: Bueno, al principio Napoleon Boulevard no era un proyecto paralelo. Trabajamos en él durante cuatro años después del concierto de despedida de Solaris! En 1990, cuando se editó "Solaris 1990" lo abandonamos. Fue una experiencia muy buena. La banda era la misma pero con un cantante, Vince Lilla. El estilo era cercano al Discovery-Five Miles Out-Moonlight Shadow de Mike Oldfield.
M: ¿Qué significó el año 1995 para vosotros?
E.R.: Muchísimo. Fue una gran sorpresa descubrir la cantidad de gente que nos conocía en todo el mundo. No podíamos creerlo. Pensábamos que se trataba de una broma porque nosotros éramos ya una “banda olvidada”. Quién consiguió esto, el que traspasáramos las fronteras del telón de acero fue Greg Walker! Él nos invitó al Progfest en Los Angeles y Musea grabó nuestro primer álbum en directo. Leonardo Nahum nos invitó después al Rio Art Rock Festival. Fue un año fantástico para nosotros.
M: Vuestro estilo hace hace gala de un sonido accesible e inteligente y un trabajo arreglista portentoso, entremezclando muchos elementos de la música contemporánea: melodías de corte sinfónico de las bandas clásicas, sonidos étnicos, medievales, arreglos electrónicos... Da la sensación de que buscais un resultado cosmopolita. ¿Asumís en vuestra música la identidad de vuestro país?
E.R.: Valoramos las influencias tradicionales y hacemos uso de ellas. De hecho tenemos una composición ("Hungarian Dance"), que está construida de diferentes influencias de la música tradicional de centro Europa, y Kollár Attila toca diferentes instrumentos tradicionales húngaros en Nostradamus (doromb), incluso en los primeros planes del disco pretendíamos una “visión húngara de Nostradamus"
M: ¿Por qué Nostradamus?
E.R.: Nostradamus, the "Book of Prophecies", era un viejo proyecto surgido de nuestra común fascinación por la ciencia ficción, con escritores como Stanislaw Lem. Asimov, Clarke, Fred Hoyle, Bradbury, etc. Incluso nuestro nombre surge de nuestra afición por estos escritores.
Siempre nos había interesado la leyenda que rodea a Nostradamus, aunque obviamente no en el sentido de que nos la creamos, es más una forma mística de valorar de qué forma estamos conectados al devenir del tiempo o si estamos separados de él por un muro inexpugnable.
Es una pregunta que sólo tiene respuesta en la ciencia ficción... Por eso nos planteamos estos hechos sin crítica, como si fueran verdad y planteándonos la cuestion: "que sería sí...” “¿es nuestro futuro realmente un secreto?”
M: Nostradamus mejora, en mi opinión, el sonido de Solaris respecto a trabajos anteriores.
E.R.: Es que los medios con los que hemos contado son infinitamente mejores. Poder trabajar en nuestro estudio sin que te importe el tiempo es algo fantástico. ¡Trabajamos en el álbum cerca de un año!
M: El trabajo de Attila Kollar en solitario Musical Witchcraft, es muy similar a Solaris.
E.R.: Sí, es correcto.
M: ¿Qué os planteais para el futuro?
E.R.: Estamos trabajando de diferentes formas y no queremos vivir de recuerdos. Digo esto porque el 27 de Diciembre de 1998, muy temprano por la mañana, Cziglán István murió repentinamente. Él era uno de los miembros fundadores de Solaris. Habíamos trabajado juntos durante 10 años. Todos creemos que Czigi debería estar aquí. Entre nosotros. Solaris nunca volverá a estar al completo sin él. Pero la vida sigue y pensamos que editaremos discos de Solaris toda nuestra vida y haremos conciertos a veces (el 25 de Junio en Washington, el 27 cerca de Nueva York, y en Julio en Ciudad de Mexico City).
Rafa Dorado
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